Teléfonos +57 1 287 3515 / +57 1 245 6447 / Calle 40 No. 19 - 52 Bogotá D.C. info@proaarquitectura.co

Nuevamente PROA, así como se hizo en octubre de 2016  (https://proaarquitectura.co/en-1954-la-revista-proa-realizo-un-estudio-preliminar-para-proponer-un-metro-subterraneo/), presenta aportes que considera pertinentes en el actual debate de 2023: metro elevado o metro subterráneo para Bogotá. Este debate no se ha fijado en las abismales diferencias sociales, espaciales e históricas a lo largo de la ruta propuesta.

Las posturas en 1954 y en 2016

En octubre de 2016 (cuando en la alcaldía Peñalosa se propuso el metro elevado), la revista PROA Web trajo al presente la postura que se había tenido en 1954 (hace casi 70 años) sobre el metro subterráneo. En ese momento los arquitectos Álvaro Ortega, Eugenio Ortega y Carlos Martínez (director de la Revista PROA) la fundamentaron, entre otros, con este argumento:

Geología, pocas ciudades tienen como Bogotá tantas ventajas para el establecimiento de un ferrocarril subterráneo. Se trata de una ciudad casi plana, donde no hay ríos que cruzan, ni notables accidentes topográficos que vencer, ni rocas de granito que perforar. El suelo bogotano, fácilmente trabajable a tajo abierto [en ese momento no se tenían todavía las tuneladoras, que hacen aún más fácil y práctica la construcción], está constituido por tierras húmedas y arcilla. 

Las experiencias vitales contemporáneas

Hoy en día, quienes han tenido la oportunidad de viajar y conocer otras ciudades del mundo han evidenciado, de primera mano, que la tendencia en las ciudades contemporáneas es revertir el error de haber hecho metros elevados (o viaductos elevados). Para lograrlo han tenido que demolerlos para convertirlos en subterráneos o han transformado los espacios donde existieron en parques lineales.

En la imagen aparecen dos ejemplos: en Madrid, un viaducto fue demolido y convertido en una gran plaza pública, y en Nueva York, una antigua línea de metro elevado fue rehabilitada como parque lineal urbano. Es necesario aclarar que en los dos casos las intervenciones de recuperación urbana tuvieron costos muy elevados.