La carrera Séptima es hilo conductor de la historia: de Bogotá, de una manera profunda y directa, y de la nación, de una manera amplia, aunque clave en los momentos más decisivos en lo social, en lo público, en lo urbano y en todas las demás facetas que puedan darse.
¿Qué significa un Bien de Interés Cultural?
Que un elemento urbano o arquitectónico se considere Bien de Interés Cultural de nivel nacional significa que es un componente de la nacionalidad colombiana, así como lo es el corralito de piedra, en Cartagena, o los sitios arqueológicos de San Agustín, en el Huila. Estos son elementos de la identidad nacional y se supone que nos identifican ante el mundo.
¿Qué significa un Paisaje Urbano Histórico?
Entre las nuevas categorías que la Unesco ha propuesto para el manejo de los sectores urbanos con valores patrimoniales en las grandes ciudades del mundo, está la de hacer su valoración (y a partir de ella establecer su manejo) con base en los postulados del Paisaje Urbano Histórico. Para aplicar esta categoría de manejo en el caso de la carrera Séptima de Bogotá, se debe: 1. Concebirla como un Paisaje Urbano en toda su extensión; 2. Identificar los sustratos históricos donde subyacen sus verdaderos atributos (que se han ido sumando desde hace centurias); 3. Definir sus valores reales actuales; 4. Obtener, a partir de ellos, unos criterios fundamentados de actuación (o intervención) que, muy seguramente serían DIFERENCIALES según sea el tramo que se esté planeando y que, en una mirada rápida, son muchos y muy diversos.
La planificación urbana dentro de un Paisaje Urbano Histórico
Con lo anterior como fundamento, una verdadera visión de planificación urbana no puede pedacear, así no más esta vía (como lo están haciendo todos los que participan en la actual polémica relacionada con el Corredor Verde de la Séptima, planteado en la alcaldía de Claudia López), que quizá sea la más emblemática de Colombia: solo con sumar que en su recorrido tiene dos espacios con los mismos o superiores méritos:
• La plaza de Bolívar, que, sin duda alguna, es la plaza pública más emblemática de la Nación.
• La plazoleta de la iglesia del Divino Niño del 20 de Julio, que es emblemática en el ámbito internacional, amén del nacional que no necesita recordatorio.