¿Cómo hacer una ciudad aplicando los contenidos de esta Encíclica?
Podemos encontrar algunas directrices que de forma explícita hablan de urbanismo, vivienda o arquitectura. Estas recomendaciones se pueden aplicar de forma directa usando las buenas prácticas que el urbanismo y la arquitectura han desarrollado.
La encíclica dedica un buen espacio a hablar sobre la naturaleza y los recursos naturales. Habría que aplicar las técnicas de arquitectura sostenible que se han venido desarrollando en las últimas décadas.
Un desarrollo innovador aparece en la visión sobre ambiente para el ser humano incluidas sus relacione sociales. La atención de estas propuestas incluye desarrollos que ya cuentan con marcos de conocimiento como el mejoramiento de condiciones de ciudad y pobreza. Se incluyen temas de habitabilidad. Para aquellas partes del documento que hablan sobre relaciones entre seres humanos una pregunta ayuda mucho a entender la problemática a tratar. ¿hay espacios amables para albergar esas relaciones? Ciertamente hará falta investigar para responder más de una de estas preguntas.
El manejo simbólico y estético -que es inseparable de cualquier hecho arquitectónico- puede ser orientado para incidir positivamente en imaginarios colectivos y favorecer las propuestas más espirituales.
La propuesta medular de logar un cambio en la cultura logrará mucho si se trabaja de la mano aspectos culturales y ambientales; oferta y demanda. También se beneficiará de un modelo económico coherente con las propuestas. Todo ello implica un esfuerzo por salir la zona de confort.
Este documento comienza con algunos comentarios en azul al final de algunos de los párrafos de la encíclica.
Al final de ella hay un esfuerzo de síntesis que muestra las propuestas para un urbanismo que aporte a la construcción de una ciudad que desarrolle la encíclica. Las ideas se dividen en varios temas gruesos proponiendo para cada uno de ellos dos puntos de vista: sanar lo que no está bien y educar.