El sureste de Bogotá ha sufrido durante muchos años las consecuencias de la minería ilegal y la construcción de viviendas informales. Esta es una zona de colinas donde se encuentra el Parque Ecológico Entrenubes que alberga una amplia variedad de fauna y flora autóctonas. Este proyecto propone la construcción de un pabellón botánico que imita la silueta de las montañas, con el cual se logra la recuperación y revitalización del paisaje en este sector.
Cuarto premio: Revitalización del paisaje y pabellón botánico
Bogotá, Colombia
Autores: Lina Fernanda Valencia Lozano, Juan Camilo Muñoz, Jhon Janer Salazar Ruiz
Universidad del Valle, Cali, Colombia
Estado actual, deterioro del Parque Entrenubes por explotación minera ilegal.
Localización del Parque Entrenubes, en las montañas al sureste de Bogotá.
“Es tanto una respuesta estética como una respuesta que está particularmente bien integrada en su contexto natural y paisajístico”.
Marilyne Andersen, jurado del Comité Académico del premio.
Se propone una tolda construida con cables de acero colgados en la ladera de la montaña de punta a punta, formando una catenaria con una luz de 130 metros. Esta cubierta protege colecciones exóticas y naturales seleccionadas por ser los ecosistemas más representativos de las regiones colombianas.
Con el proyecto se busca recuperar la silueta de la montaña, la solución de la estructura con cables de acero responde adecuadamente a esa intención.
La estructura
Los cables de acero fijados en los bordes de las paredes de excavación forman catenarias de 130 m de longitud conectadas a tensores verticales anclados al suelo para garantizar la estabilidad de la estructura. Una capa de cojín de polímero plástico ETFE transparente se coloca sobre los cables para actuar como un techo translúcido que protege las colecciones de plantas exóticas y naturales. Diferentes volúmenes hechos con elementos de metal y vidrio albergan especies vegetales representativas del ecosistema colombiano.
En medio de la montaña una huella minera se transforma en un pabellón botánico que cura el paisaje del efecto las actividades humanas y ofrece un nuevo espacio público pedagógico y recreativo.
El programa educativo convive con el bosque natural que recupera su espacio en la montaña.
Planta general: 1. Auditorio; 2. Café; 3. Tiquetes; 4. Biblioteca; 5. Baños; 6. Secretaría; 7. Oficina; 8. Reuniones; 9. Tienda.
Recuperación ambiental
La huella minera ha dejado grandes cicatrices ambientales (canteras) que amenazan con devorar el ecosistema montañoso más importante de la ciudad. El parque distrital Entrenubes alberga una gran variedad de fauna y flora, es una reserva natural donde siete arroyos desembocan en el río Tunjuelo, uno de los tres ríos principales que atraviesan la ciudad de Bogotá. Para recuperar y revitalizar este sector el proyecto propone un espacio de investigación, difusión y protección de la biodiversidad y, además, vincular las relaciones humanas con su entorno, recuperando la silueta de la montaña y el límite urbano entre la ciudad y el parque donde se ha desestabilizado la relación entre el paisaje urbano y el paisaje natural.
Cortes. Los patios ayudan a recolectar el agua de lluvia mediante la creación de un proceso de filtración para la reutilización del agua en el proyecto. El lugar recupera el equilibrio natural del ecosistema.
El edificio armoniza lo natural y lo urbano
La excavación de la fábrica de ladrillos en el suelo natural ha creado una concavidad en la montaña que permite encajar el edificio en la huella minera. La implantación del edificio busca tener el menor impacto ambiental posible en la montaña y el terreno. Mientras que cables de acero forman la cubierta, delgados tensores los anclan al piso y delimitan los diferentes espacios destinados a la comunidad; así, con un equipamiento público, cultural y educativo se disuelve el límite ciudad-montaña.
A lo largo de las secuencias de senderos y plazas se alternan áreas pedagógicas y recreativas que convierten al pabellón-invernadero en una instalación educativa pública.
Valoración del jurado
El jurado de los Premios LafargeHolcim de América Latina quedó fascinado con este gesto arquitectónico decidido pero suave que intenta reparar una herida infligida en el paisaje por la explotación minera. La silueta del edificio se percibió como muy elegante y el mensaje que transmite es muy poderoso. El jurado aplaudió la ambición del proyecto de no solo proteger la biodiversidad sino también crear espacios educativos públicos para la ciudad de Bogotá. Los elementos estructurales y constructivos del invernadero parecían muy apropiados y evaluados exhaustivamente. El programa está bien organizado y es eficiente. Con todo, el jurado aplaudió al pabellón de invernaderos por su reflexiva y convincente integración en el paisaje y la arquitectura sofisticada y convincente que propone y que se erige como una celebración de la ecología.