La revista No. 284, de agosto de 1979, se dedica a la obra del arquitecto Hernando Vargas Rubiano quien, a partir de la década de los años setenta, creó una sociedad con sus hijos denominada H. Vargas Rubiano e Hijos Ltda.
Hernando Vargas Rubiano* (Tunja, 21 de febrero de 1917 – Bogotá, 1 de junio de 2008) fue un arquitecto, inventor y gestor colombiano. Tres veces presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, participó en la creación de la primera carrera de arquitectura en Colombia, promovió la primera visita del reconocido arquitecto suizo Le Corbusier a Colombia, fue uno de los fundadores de la Universidad de los Andes en Bogotá, ministro de Educación (1959-1960) del presidente Alberto Lleras Camargo. Fue responsable del diseño y construcción de importantes edificios en varias ciudades de Colombia que incluyeron innovadores e, incluso, controvertidos enfoques, y promovió activamente el desarrollo de la región colombiana de los Llanos Orientales y la creación de empresas vinculadas a la construcción. En Colombia varias de sus obras de arquitectura, como la adaptación del Museo Nacional de Colombia de Bogotá, el Edificio UGI en Bogotá y el Hospital Universitario del Valle en Cali se consideran de valor patrimonial nacional. Igualmente, se conoció por obras modernistas como la Clínica del Country, su propia casa y el Banco Ganadero en Bogotá, al igual que el Hotel Sochagota en Paipa (Boyacá).
*https://es.wikipedia.org/wiki/Hernando_Vargas_Rubiano
El diseño interior integrado a la arquitectura: Thermacure
A propósito de este tema, dentro de uno de los edificios con que se ilustra esta sección se ha aplicado lo que ahora se llama comúnmente “interiorismo” y que corresponde al Diseño Interior o Decoración como se denominaba comúnmente.
Se trata de un local en primer piso para un servicio de Sauna Infrarrojo (Thermacure Sauna Estudio), sistema terapéutico novedoso en el país. Sus espacios fueron diseñados por la arquitecta y diseñadora de interiores, Yolanda Gamboa (con la asesoría de su hijo Luis Felipe González, neurobiólogo). Se percibe, en primer lugar, una clara armonía con las líneas sinuosas del Edificio Saturno y, en segundo lugar, en el interior se crea un espacio de carácter orgánico donde los ángulos rectos prácticamente desaparecen para dar paso a formas curvas continuas que permean muros, techos, puertas y los muebles, asociados a luces de colores cambiantes, con gamas cálidas y que logran la sensación de recogimiento, descanso y relax tan necesarios en la Bogotá de días fríos y grises.